Mitos VS realidad

Mitos VS realidad

MARIONA PUIG I CARLES VALLS
Escriptura i creació
2 caixes de 20 x 13 x 9 cm i 2 escrits A4
Associació El Far

Som parella de nova creació i, per tant, aquest és el nostre primer procés creatiu junts. Tots dos som a cionats a la mitologia i a les llegendes. Precisament, partint d’aquesta base, el nostre projecte ha volgut apro tar un parell d’aquestes històries i acostar-les a l’actualitat que ens envolta. Una actualitat i un moment en què prevalen les desgràcies mundials. El món s’ha tornat boig; ens envaeix la por, la desesperació, la descon ança. Estem envoltats de guerres, pobresa, violència, epidèmies, crim, tristesa, injustícies… I no és altre que l’ésser humà qui
ha volgut justi car tots els mals terrenals fent ús, per exemple, de la Bíblia i de la mitologia, com el mite de Pandora. Però hi ha una qualitat humana que ens impulsa a seguir endavant, i és l’Esperança. L’Esperança és fràgil, però és el que en molts casos ens ajuda a seguir endavant, a aixecar-nos després d’una derrota, a creure. És una ama feble, però que no s’hauria d’extingir mai.

El mito de Pandora
El ser humano, por naturaleza, tiene una incontrolable curiosidad por lo prohibido. No puede reprimir el deseo, a veces necesidad, de descubrir aquello que le es vetado.

Aun sabiendo que puede conducirle al arrepentimiento y a las terribles consecuencias que ello puede acarrear; y no solo para él.

Pero todo esto no es nuevo, existen leyendas y creencias que se remontan al principio de los tiempos.

En el cristianismo, gente de fe atribuye todos los males de la Tierra a Eva; cuando estando en el Paraíso junto a Adán frente a lo que podría haber sido un mundo perfecto, se transformó en uno repleto de males. Fue precisamente cuando Eva no pudo reprimirse de probar la fruta prohibida; la tentación y la curiosidad, pudieron con ella.

En realidad, es el ser humano el responsable directo de todas las desgracias, catástrofes, guerras, hambrunas, calamidades, enfermedades, tristezas, crímenes, locura…

De nuevo, el hombre, entendido ya como género, orgulloso e incapaz de asumir su culpa, crea una nueva leyenda.

En este caso no tiene que ver con el cristianismo sino con la mitología griega. Se trata de Pandora, curiosamente, de nuevo, una mujer.

Como regalo de boda, Pandora recibió una caja con instrucciones de no abrirla bajo ningún concepto. A pesar de ser una caja bellísima, dorada, con hermosos relieves grabados e incrustaciones de piedras preciosa, ese recipiente contenía algo horrible.

Pero los dioses le habían otorgado una gran curiosidad, y ¿quién podría resistirse ante tanta belleza? Por lo que decidió abrir la caja para ver qué había dentro. Al hacerlo, escaparon de su interior todos los males del mundo. Cuando quiso cerrarla, solo quedaba en el fondo el espíritu de la esperanza, el único bien que los dioses habían introducido en ella.

De ahí surgió la expresión «La esperanza es lo último que se pierde».

Pandora huyó despavorida al percatarse de las consecuencias de su acto. Cegada por ello, no reparó en lo que quedó en el fondo de la caja. Un golpe de viento se hizo con la Esperanza y ésta voló sin rumbo, desorientada, perdida…

El mito de Arodnap
Cuenta una leyenda de la mitología Kaitan, desconocida para la mayoría de los mortales, que existió una inocente niña llamada Arodnap. Arodnap vivió en el siglo XIII, y muchos creen que se debió a una caprichosa conjunción de los astros pues, curiosamente, cumplió 13 años a las 13 horas de un martes 13.

Su pueblo, conocedor de que la confusión de lenguas en la Torre de Babel se produjo en martes 13, ocasionando la gran desgracia de imposibilitar la comunicación entre los seres humanos, vieron en esa niña una terrible amenaza para la paz de su comunidad.

Arodnap, ajena a todo lo que acontecía a su alrededor, no podía entender por qué sus padres dejaron de abrazarla, por qué el resto de niños no querían jugar con ella… Todos los habitantes, sin excepción, ordenaron su destierro.

Partió sin rumbo adentrándose en el bosque. Las lágrimas inundaban su rostro. Vagó durante días, semanas; había perdido la noción del tiempo. Aprendió a distinguir bayas y ores comestibles y no se alejaba demasiado de un riachuelo que le proporcionaba el agua necesaria para no decaer, sin olvidar el aseo que tanto la reconfortaba.

Afortunadamente, gozaba de la compañía de los pequeños animales del bosque, ellos no la juzgaban. De vez en cuando, salía del bosque donde se sentía segura, para correr y saltar en una hermosa pradera. Allí, sus compañeros de juegos eran pájaros y mariposas, ambos preciosos. Admiraba el don de poder volar en libertad, parecían tan ajenos a los problemas del ser humano…

Se tumbaba en la hierba, recibía los rayos de sol en su cara con una inmensa sonrisa, el tiempo se detenía y las pesadillas desaparecían. De repente sintió un cosquilleo en su nariz y pensó que era una mariposa traviesa, pero al abrir los ojos, una intensa luz la cegó por unos segundos. Atónita, siguió con calma el revoloteo de ese pequeño resplandor hasta que la luz se posó en la palma de su mano.

¿Qué eres? Preguntó Arodnap. Una dulce voz respondió: Soy Esperanza, soy con anza, soy ilusión, soy optimismo, soy fe; y te libero de tu condena.

De repente, Esperanza, aquella luz posada en su mano, se transformó en una bella caja resplandeciente. Se dice que en su interior se guardan sentimientos puros, paz.

Continúa la leyenda con la creencia de que, ese magní co recipiente permanece oculto en algún lugar, esperando que un ser de corazón puro lo abra y libere toda la bondad y la mayor de las esperanzas.

Aquesta obra pertany a la Divuitena edició / 2024
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